Esther Valenzuela
No solo duele, sino que también preocupa el panorama político al que hemos llegado, porque cuando se creía que alguien que “venía de abajo”, podía librarnos de los otros candidatos ya conocidos y vinculados a la corrupción, se descubre que todo su éxito estaría basado en la mentira, el fraude y el aprovechamiento económico a través de sus universidades.
Toda la semana que pasó la noticia que recorrió las salas de redacción de todos los medios nacionales y del mundo fue el plagio en la tesis doctoral de César Acuña, candidato a la Presidencia de la República por Alianza Para el Progreso.
Un hecho que ya se venía venir, cuando empezó a subir en las encuestas, lo cual no es nuevo en el Perú, se ha dado ya en otras elecciones, y por lo mismo los candidatos deberían tener una hoja de vida transparente, en otras palabras no tener rabo de paja de donde lo puedan coger y bajar. Por supuesto que eso no significa que los otros que encabezan las encuestas estén limpios, sino que los poderes fácticos les favorecieron y si no prescribieron sus casos, éstos fueron archivados, o simplemente ni siquiera los investigaron, pero en ningún caso el proceso llegó a su fin para ser declarados absueltos o inocentes.
Pero los pecados de los otros a Acuña, de ninguna manera lo hacen santo, el plagio está demostrado, son varios los profesionales que han comparado varios de los textos de la tesis doctoral y pertenecen a otros intelectuales, lo que lleva a la conclusión que hurtó el trabajo intelectual de otros.
A raíz de esa información sobre el plagio de la tesis doctoral, han salido más acusaciones respecto a otros títulos obtenidos, así como publicaciones escritas, descubriendo la verdadera personalidad del candidato. Por su parte Acuña ya estaría reconociendo su delito ya que ayer en un artículo publicado en La República: “ Algunos pocos autores, sin embargo, no fueron correctamente citados, y a ellos les pido disculpas”.
Aun cuando el Jurado Nacional de Elecciones ha indicado que esperarán la respuesta de la Universidad Complutense de Madrid, institución que investiga el posible plagio en la tesis doctoral, lo cierto y para los ojos de todo el mundo César Acuña, no está actuando correctamente y si eso ha sido una práctica constante en él, qué podemos esperar de él, en un eventual gobierno. Lo irregular le será normal y la corrupción crecerá.
En el artículo que lo ha titulado le duela a quien le duela, señala que no renunciará; sin embargo la Ministra de Educación de Alemania, al igual que el de Derechos Humanos, renunciaron una vez que fueron descubiertos, porque la vergüenza en gente que tiene algo de dignidad pesa, al parecer en Acuña, lo único que le pesa es la plata.
Y sí duele, que la televisión nacional solo nos muestre a 5 candidatos de 19, al resto los ignoren en los análisis que hacen.
Y sí duele, porque los 5 que la televisión los hace visibles nada bueno nos ofrece, por lo que nos duele que no tengamos esperanzas de tener un presidente o presidenta que trabaje por el engrandecimiento del país con la tan anunciada inclusión.