Electorado consumidor
Luis Larrea
Otra vez estamos ante la misma situación de elegir autoridades a nivel nacional. Otra vez vemos rostros, formas, poses, insultos, propaganda, escándalos y todo aquello que es propio de una farándula en decadencia, que por todos los medios buscan desesperadamente acaparar las primeras planas de los diarios. Tenemos candidatos que reclaman legalidad cuando fueron los primeros en violar las leyes, candidatos que reclaman autoridad moral, cuando ellos mismos no tienen un mínimo legal de moralidad. Candidatos que ofrecen hacer de la educación un derecho cuando toda su fortuna se construyó gracias a la educación como negocio. Otros que ofrecen luchar contra la pobreza luego de haber negociado los recursos del estado y favorecido a grupos de poder que nada quieren saber de los pobres del Perú. Candidatos que minimizan la criminalidad en el país, pues cada delincuente suelto le recuerda la negligencia de haberlos puesto en libertad. Candidatos que disque son una cara nueva, cuando en el fondo representan a esa clase política en decadencia, e incluso alguna hija pródiga que representa la sucesión familiar pese a que lo niega como Pedro negó a Jesús. Candidatos que no tienen las cuentas claras y aquellos que tienen un muy reducido apoyo social, conforme a las encuestas que de un tiempo a esta parte se han convertido en actores de la política, pues tiene el poder de influir. En fin la lista de cualidades personales de los candidatos y las candidatas es muy larga y deprimente, pero la pregunta que se tiene es ¿por qué estas cualidades y tipo de personalidades están hoy en la contienda electoral?
En las leyes del mercado se tiene la oferta y la demanda, y si este tipo de candidatos y candidatas son aceptados en el mercado es porque hay una demanda. Algunos analistas y medios de comunicación serios pretenden enfocar el debate en el contenido programático de los planes de gobierno, pero son una minoría pues la mayoría sólo está pendiente de la publicidad, los escándalos mediáticos. No existen partidos políticos serios que garanticen el cumplimiento de los planes de gobierno, lo que existen son asociaciones con fines de lucro. No existe identidad política en los electores, lo que existe es una mayoría de consumidores que busca la mejor oferta, que les permita obtener recursos del estado, pagar menos impuestos y sobretodo no asumir responsabilidad alguna por la gestión pública. Entonces sin partidos políticos serios, conformados por un electorado responsable y con identidad política, todo plan de gobierno no es más que un documento carente de vigencia y que solo sirve para la publicidad. Ni siquiera las «hojas de ruta» lograron ser aplicadas. El país está inmerso en un contexto donde la política es un negocio, el estado implica un objetivo comercial y los electores son un grupo de consumidores, dispuestos a cambiar de opinión. De allí que lo más importante es el tema publicitario, sino cómo se explica que se pague a un consultor publicitario más de un millón de nuevos soles, a su vez no se contrata a las universidades y otros altos centros de estudios para la elaboración de planes de gobierno. Se gastan millones y millones en publicidad y encuestas pero nada en programas serios y en formación política del electorado.
La formación política es un proceso de largos años, no es posible formar ciudadanos responsables unos cuantos meses antes de los procesos electorales. La historia y el panorama político del país deben estar presentes en las escuelas y los centros de estudios superiores. No me refiero al hecho de hacer política partidaria en los centros de estudios, sino al hecho de conocer y formarse un idea del panorama político del país, saber cuántos partidos o movimientos hay, qué representan y a dónde quieren conducir al país. Un ciudadano consciente del panorama político e interesado por el quehacer político poco o nada le importa las encuestas y los anuncios mediáticos. Le interesa los planes de gobierno, las cualidades morales de los representantes, la forma de vida que llevan y sobre todo le interesa que los partidos representen un programa político. El país tiene diversos problemas y diversas soluciones, no existen una medicina milagrosa contra todos los males sociales que nos aquejan. Por ello es importante que se tengan un nivel de análisis y debate de las formas de solución y de cuando en cuando se cambien el curso de la gestión gubernamental. El contexto cambia y los problemas están siempre en movimiento, esto implica que debemos desarrollar nuevas ideas a fin de adaptarnos a las nuevas condiciones.
Nuevamente este 10 de abril se acudirá a los centros comerciales, digo a los centros de votación, a fin de vender la consciencia, digo emitir un voto irresponsable, y nuevamente al día siguiente de las elecciones estará esa mayoría de consumidores disconformes con su compra, pues le vendieron gato por liebre. Así este mercado electoral seguirá con sus puertas abiertas ofreciendo cebo de culebra a todo consumidor dispuesto a comprar alguna cura milagrosa.
Queda mucho camino por recorrer para llegar al día en que el electorado analice y asuma una posición política, ese día los partidos se sustentarán en programas políticos y los electores tendrán una identidad política. Empecemos por las escuelas y los centros superiores, superemos el miedo de hablar de política, pues ese miedo impuesto por la clase política sustenta el mercado electoral basado en el consumismo irresponsable. A una ciudadanía que piensa y es crítica no pueden engañarla con discursos, poses y campañas publicitarias.