Jans Cavero
En el Perú, las encuestas se pueden manipular al antojo de cualquier interesado. Basta con diseñar una metodología sesgada y formular preguntas dirigidas para que el resultado arroje lo que queremos ver. Hay encuestas públicas y privadas, presumiéndose que las primeras son transparentes, neutrales, y confiables. En algunas experiencias internacionales muchos partidos políticos trabajan con encuestas privadas para mejorar las estrategias y posicionarse en las preferencias electorales; en otras, se trabaja con encuestadoras usadas groseramente para distorsionar la información, intentando llevar agua para un molino previamente negociado.
En el actual proceso electoral, los medios de comunicación nacional se han esmerado en publicar encuestas presidenciales cada 10, 15 o 30 días. Sin embargo, no se ha visto semejante dedicación respecto a encuestas congresales. Salvo una para Arequipa y otra para Lima, no he advertido mayor difusión en la capital sobre la intención de voto en otras circunscripciones electorales. Por lo tanto, cualquier publicación nacional sobre cómo sería la composición del Parlamento 2016 es pura fantasía.
La elección congresal es por distrito múltiple, a diferencia de la elección presidencial, razón por la que no es serio hacer una encuesta por distrito único para arrojar una supuesta composición parlamentaria. En segundo lugar, la elección presidencial es personalista, mientras que una elección parlamentaria compromete a la organización. El apoyo a la figura presidencial no se traduce necesariamente en el mismo apoyo a la lista congresal en un determinado distrito electoral. Finalmente, en las elecciones congresales existe la valla electoral, lo que determina la posibilidad de que un partido tenga escaños asignados.
Tomando en cuenta estos criterios, ¿de dónde CPI saca que Fuerza Popular tendrá 53 curules, el APRA 16, Frente Amplio 7, Todos por el Perú 15, PPK y Alianza para el Progreso 16 cada uno? Supongo que para lanzar estos resultados se habrá encuestado en los 26 distritos electorales; posteriormente se habrá aplicado la fórmula electoral de reparto de escaños en cada circunscripción; y, finalmente, se ha sumado todo para concluir que el APRA tendrá 16 congresistas, Mendoza y Barnechea 7. Sin embargo, tengo derecho a dudar, porque un trabajo así descrito, aunque no complejo, es tedioso y lento.
Para acceder al procedimiento de distribución de escaños del Congreso de la República, según la Ley Orgánica de Elecciones, se requiere haber alcanzado al menos 6 representantes al Congreso en más de una circunscripción electoral, es decir 5% del número legal de sus miembros, o haber alcanzado al menos 5% de los votos válidos a nivel nacional. Por lo tanto, para efectos del Parlamento, lo determinante es el número de votos que obtenga la organización y no su candidato presidencial.
Si Alan García, según las últimas encuestas, no supera el 7%, ¿ustedes creen que su lista congresal está por encima de ese porcentaje?, ¿en dónde? ¿En La Libertad o Lambayeque? Entonces, ¿de dónde sacaría 16 congresistas? Alguno podría argumentar de que ese resultado proviene del voto cruzado, lo cual es cierto, no obstante, se requiere conocer el comportamiento de cada distrito electoral para ensayar una conclusión como la esbozada por CPI. Este voto cruzado, de ser cierto, arrojaría algo importante: a la militancia aprista ya no le interesa Alan sino el partido, situación difícil de creer. Así, por ejemplo, de nada sirve que el conservador Eguren lidere la votación congresal arequipeña si la organización no llega al 7% de los votos válidos para gozar de escaños parlamentarios (para esta alianza la valla es 7% por tratarse de 3 organizaciones con inscripción).
En el caso de Verónika Mendoza, sucede algo similar, aunque con matiz distinto. Su ubicación según las últimas encuestas – con el ascenso que puede tener por exclusión de Guzmán y Acuña, más que por un tema de estrategia, campaña o asesoría – es por su figura, juventud, capacidad, y no por una cuestión estrictamente partidaria. Pero aquí está el detalle: Para saber si va a colocar 7 o más congresistas, se requiere conocer el porcentaje de aceptación que tiene el Frente Amplio y no su candidata presidencial.
Verónika podría tener el 10% de intención de voto y no colocar ni un congresista. Por lo tanto, el mensaje es que el Frente Amplio como organización debe lograr, en estas 4 semanas de campaña, una intención de voto superior al 5% para superar la valla electoral. Si este umbral es mucho, tendrá que esforzarse para que en más de una región sus candidatos tengan aceptación y consigan una curul de las 6 que exige la ley. ¿Dónde será? ¿Arequipa, Puno, Cusco, Cajamarca? Sólo ellos saben dónde han colocado cuadros.