Jans Cavero
El tercer lugar del Frente Amplio en las elecciones generales últimas, el protagonismo de la novel política Verónika, así como la obtención de una bancada parlamentaria de 20 miembros, son meras anécdotas. Ahora, el presente del Frente Amplio es Marco Arana, quien a todas luces se ha llevado el premio mayor. En efecto, estamos ante el portavoz de la bancada, quien hasta hace poco disputaba voto a voto su ingreso al Congreso como representante de Cajamarca, en medio de una guerra fratricida.
Si el Frente Amplio es democrática, igualitaria, respetuosa de las opiniones divergentes, abierta, el prototipo de la izquierda moderna y progresista, Arana sería la negación del Frente Amplio, pues sólo quien es el dueño de la franquicia puede ostentar privilegios contrarios a estas virtudes, y que los críticos más reacios de las organizaciones políticas achacan a los partidos tradicionales, sobretodo de izquierda.
Para entender al Frente Amplio se debe partir de la premisa de que no estamos ante un frente abierto. El frente es Tierra y Libertad y Tierra y Libertad es el frente, así de simple. Es más, el Frente Amplio pre electoral era algo más plural que el frente post electoral, pues antes de las elecciones algunos grupos minúsculos abandonaron el barco, casualmente por el comportamiento sectario de Arana.
Cuando el frente lanzó la candidatura de Mendoza al sillón de Pizarro, lo hizo con un rasgo distintivo de su participación electoral: Democracia interna a todo nivel. Sin embargo, hubo elecciones primarias para la plebe y no así para el dueño de la inscripción. En efecto, el derrotado Arana consiguió, sin que nadie lo eligiera, su candidatura a la primera vicepresidencia del Frente Amplio. No hubo elecciones internas para la primera vicepresidencia, ni mucho menos regla alguna que prescribiera que los candidatos perdedores en las internas presidenciales fueran colocados a dedo.
Como Arana no era el candidato presidencial, y como probablemente intuía que la plancha no llegaría ni al 3%, tenía que asegurarse protagonismo, más aun tratándose de una persona que cree ser el predestinado para liderar la nueva izquierda. Es así que por la puerta falsa aparece la candidatura de Arana encabezando la lista congresal por Cajamarca, una candidatura de contrabando porque el orden de la lista no reflejaba la real votación de los precandidatos en las primarias.
Naturalmente, el dueño de casa no podía ser un segundón, y su imposición no sólo desdijo las máximas que el Frente Amplio abanderaba, sino que fue el germen de la batalla legal que enfrentó por una curul a los 2 candidatos con opción, y que supuso finalmente la victoria de Arana en medio de un proceso seriamente cuestionado. Como no hay manera de chocar con los intereses del jefe, la apelación presentada por Regalado fue retirada por el personero legal titular. Igual se pronunció el JNE en favor de Arana, validando sus votos y anulando los votos del contrincante.
Mulder sostuvo, sarcásticamente, que Arana ganó con fraude y que por ello no es congresista sino medio congresista. Pero al margen de dicha opinión, cualquiera con dos dedos de frente apostaba por Glave o Dammert para liderar una bancada congresal de 20 miembros. Al fin y al cabo, Glave había obtenido la votación más alta, y el cargo de portavoz sería un premio a este logro político. Sin embargo, eso no sucedió en el Frente Amplio, porque Arana no podía estar relegado, ni ser opacado mediáticamente por nadie. No perdamos de vista que públicamente cuestionó el liderazgo de Verónika, ensayando su tesis de los liderazgos múltiples y reduciendo el protagonismo de ésta a una mera vocería.
De cara a la segunda vuelta, Arana nuevamente dio el mensaje de que el Frente Amplio es él. Cuando Verónika y las bases llamaron a votar por PPK, Arana votó en blanco y/o viciado, según lo que él mismo ha confirmado, pues en el frente todos se deben someter a las decisiones adoptadas colectivamente, menos el dueño de la membresía.
Si el Frente Amplio es abierto, emplazo a su dirigencia a decretar la apertura total del frente a otras organizaciones con mayor historia y significado que Tierra y Libertad. Caso contrario, no estamos, bajo ningún concepto, ante un espacio democrático, por más que Arana, Glave, Monge o Francke, se empeñen en sostener lo contrario.