La Municipalidad Provincial de Huamanga (MPH) es la llamada de ordenar el transporte público y el tráfico de la ciudad, motivo por el cual debe contar con profesionales capaces de entender y gestionar los problemas del transporte y tráfico vehicular, situación que no se da. El hecho de convertir el puente colonial peatonal de San Sebastián en un puente apto para el tránsito de vehículos, representa una brutal gestión del caos vehicular.
Esta práctica de convertir calles y puentes coloniales en vías de tránsito no ha solucionado en nada el problema del caos vehicular, más por el contrario han generado mayor caos, así tenemos como ejemplo tenemos: la primera cuadra de la calle de Tres Máscaras cuyo empedrado fue destruido a fin de soportar mayor cantidad de vehículos, o la remodelación de las primeras cuadras de los jirones Arequipa, Cusco que permitan un mayor tránsito peatonal.
La política de la MPH en temas de tráfico vehicular y conservación del patrimonio histórico resulta contradictoria. Por un lado destruyen el patrimonio cultural, a fin de incrementar el tráfico vehicular y por otro lado pretende conversar el centro histórico, incluso con la reciente renovación de su propio local en la Plaza Mayor y el hecho de convertir en peatonal las primeras cuadras de los jirones 20 de Julio y Asamblea, situación que se da para promover el centro histórico de Huamanga.
La pregunta básica e inicial para la gestión del tráfico vehicular es describir por qué hay tanto tráfico en el centro histórico? La respuesta a ésta pregunta no se encuentra en los cálculos de la cantidad de vehículos que circula por la ciudad, sino en el hecho de conocer los motivos por los cuales las personas se dirigen al centro de la ciudad. Tenemos que en el centro histórico de la ciudad también se encuentra el centro administrativo y comercial de la misma. Entonces una respuesta lógica es que la mayor cantidad de personas que se dirigen al centro de la ciudad, lo hacen por motivos de realizar trámites administrativos y judiciales. Si seguimos razonando y teniendo en cuenta la estructura colonial de la ciudad, con calles angostas y no aptas para la circulación vehicular, el hecho de poner cemento y reforzar dichas estructuras coloniales, es una brutal gestión del caos vehicular.
Profesionales capaces no se dedican a poner pequeños parches o curitas al problema, sino que tratan de gestionar las verdaderas causas de los problemas. El problema del tráfico no es la precaria situación del puente peatonal de San Sebastian, sino la necesidad de las personas de dirigirse al centro histórico/administrativo y comercial de la ciudad y su accesibilidad limitada. En éste sentido es necesario mover ese centro administrativo del centro histórico de la ciudad, a fin de conservar y promover el patrimonio cultural de la ciudad.
Profesionales capaces analizarían los efectos que ha tenido sobre el transporte y el desarrollo económico, el hecho de construir la sede del Ministerio Público fuera del centro histórico. Analizarían en qué medida se puede garantizar la accesibilidad de pacientes al hospital tipo III que está ubicado a un lado del aeropuerto de la ciudad, ya que el caos vehicular tiene sus efectos en la atención de salud y de situaciones de emergencias en la ciudad, no solamente es contar la cantidad de vehículos que hay y circulan por la ciudad.
Argumentar en favor de la destrucción del puente peatonal de San Sebastián, debido a que las áreas colindantes se encuentran llenas de basura, es una forma muy ignorante de gestionar la conservación y promoción del patrimonio cultural. Bajo éste argumento se deberían destruir casonas, fachadas de iglesias y la misma Plaza Mayor, pues están llenas de basura y restos de orine. Es necesario y urgente trabajar el tema de patrimonio cultural en relación a la identidad cultural. Una persona que no conoce y valora su pasado, no es capaz de conservar su patrimonio cultural, pues carece de identidad cultural. Esta persona arroja basura, ensucia su medio ambiente y destruye el patrimonio cultural y pretende destruir todo patrimonio cultural, toda vez que lo considera como un obstáculo para el desarrollo económico. Por otro lado aquellas personas que valoran su patrimonio y tienen una sólida identidad cultural defienden y promueven su patrimonio cultural. Lo peligroso para las ciudades como Ayacucho, con fuerte presencia de patrimonio cultural es tener habitantes carentes de identidad y de amor propio, pues éstas actúan como los parásitos destruyendo todo a su paso.
La conservación y promoción del patrimonio cultural no es un obstáculo para el desarrollo económico, sino todo lo contrario. Tenemos como ejemplo al Cusco y otras ciudades importantes en el mundo que gracias al hecho de preservar su patrimonio cultural han experimentado un crecimiento económico. Las ruinas de Wari con mayor inversión no tendrían nada que envidiar a las de Machu Picchu. Es vital saber quiénes somos y de dónde venimos para trabajar día a día por el futuro que queremos.
Un Alcalde sin amor propio ni identidad cultural, es el principal enemigo de una ciudad con un rico patrimonio cultural, el mismo que está en proceso de extinción. La presencia de funcionarios y profesionales incapaces, que sólo cuentan la cantidad de vehículos en la ciudad, y no pueden ver más allá de sus narices, no podrán gestionar el tráfico de la ciudad. Problemas complejos requieren de medidas integrales e innovadoras. Ya Albert Einstein lo dijo…no podemos resolver problemas pensando de la misma manera que cuanto los creamos. Así que es hora que piensen de forma diferente y no maten el patrimonio cultural de Ayacucho, ya que también matarían la identidad cultural y el amor propio de los Ayacuchanos. Corrijan a las personas que no se quieren a sí mismas y ensucian la ciudad y ataquen las causas de los problemas no sólo los síntomas de la enfermedad. Es interesante que siendo médico el Alcalde de Huamanga, no tenga la capacidad de atacar las causas de la enfermedad, o es que en su desempeño profesional se dedicó a recetar aspirinas a sus pacientes. Demuestren su capacidad y no engañe la población con analgésicos y soluciones cortoplacistas, que no tiene efecto alguno en la gestión del caos vehicular.