Por Luis Larrea
Como ya es tradición en la política peruana los políticos, gobernantes y representantes actúan en base a sus intereses de personales y de grupos pequeños. El declive de la naciente democracia peruana se acreciente cada día. La teoría de la representación como fuente de poder delegado ha cedido su lugar al ejercicio de la política como negocio. Los casos de corrupción y los negociados putrefactos en el parlamento ad portas del «debate de vacancia» para éste 22 de marzo 2018, ponen en evidencia que la política peruana es un negocio muy lucrativo, y nadie, especialmente aquellos que lograron una curul por azares del destino y no por capacidad propia, está dispuesto a perder y se aferran a su cuota de poder y son capaces de vender su conciencia y de negar hechos que para el resto de mortales resultan evidentes.
La información pública sobre el conflicto de intereses del Presidente Pedro Pablo Kuczynski, cuando éste era Ministro de Estado y Presidente de Consejo de Ministros, demuestra, fuera de toda duda razonable, que el Presidente no sólo ha mentido al país, sino que ha lucrado mediante su empresa unipersonal. Cada vez que el Presidente responde a alguna interrogante sobre su falta de ética funcional, se hunde aún más en el lodo de la inmoralidad. Es así que en la última reunión de la Comisión Lava Jato, admitió haber simulado ventas con la finalidad de evadir impuestos en los EE.UU., país del cual también es ciudadano el Mister Kuczynski. Kuczynski admite que dicha evasión lo hizo por resguardar sus intereses económicos, soltando incluso una broma que «para qué se le va a pagar dinero a Trump». Si a éste reconocimiento de evasión de impuestos, se le suma otra declaración de Kuczynski en Puno, dónde dijo que «no me preocupa un poquito de contrabando» (El Comercio 2016-08-08), tenemos un Presidente que evade impuestos, que promueve el contrabando y que lucra con su empresa unipersonal en contravención a la honestidad y la transparencia, principios que sustentan la función pública.
Kuczynski es un mentiroso fuera de toda duda. Ha mentido en el indulto a Fujimori, ha mentido en la defensa de sus ministros censurados y ha mentido en sus negocios deshonestos con empresas cuestionadas. Pero no sólo es un mentiroso, también es una persona que antepone sus intereses personales ante los intereses nacionales y no tiene el menor descaro de admitir que evade impuestos y promueve el contrabando. Además de mentiroso y deshonesto también es un incapaz. Kuczynski es el único que ha generado todo el desgobierno en el cual está inmerso el Perú. Lamentablemente no existe una causal de vacancia «por incapacidad funcional», por esto tenemos que aguantar a tanto improvisado en el poder, quienes mediante la compra de voluntades llegan al poder.
Muchos defensores de Kuczynski y algunos periodistas dicen que la causal de vacancia «permanente incapacidad moral» le falta un contenido y que aún no esta definido. Claro que le falta contenido, pues la conducta humana es tan variada, y hacer una lista de conductas que le den contenido a ésta causal sería una tarea interminable. Por otro lado no es cierto que le falte una definición, pues basta con revisar el diccionario, aquel libro que es el terror de muchos políticos, y encontrar la definiciones de incapacidad moral. Es así que las conductas de Kuczynski (mentiroso y deshonesto) le da un contenido a la causal de vacancia y en base a un juicio político y de valor (que es eso lo que hace el Congreso), debería declararse la vacancia de Kuczynski éste 22 de marzo, pues el peso de las evidencias y la trayectoria personal de Kuczynski lo convierte, fuera de toda duda razonable, en un permanente incapaz moral.
El debate de la vacancia es éste 22 de marzo, pero ya desde ahora muchos legisladores anuncia el sentido de su voto, otros reclaman libertad de conciencia para emitir un voto, y otros denuncian la compra de voluntades por parte del Poder Ejecutivo. En éste mercado ambulante poblado de políticos traficantes todo puede pasar. No es extraño que quienes llegaron al poder mediante el engaño y el tráfico de voluntades, hagan uso de su experiencia en negociar, sin importarles la opinión pública, que dicho sea de paso está concentrada en el circo de la preparación de la selección de fútbol con miras al Mundial de Rusia 2018. Si el debate se concentran en las evidencias y la trayectoria de Kuczynski pues éste debería ser vacado. Pero si el debate se concentra en cuestiones filosóficas y existencialistas como es; la democracia, la institucionalidad, la apariencia y el qué dirán, pues de seguro que Kuczynski se salva de la vacancia. De ser vacado Kuczynski se pasará a la negociación del Primer Vice Presidente, pues unos le exigirán que asuma su obligación y otros, al estilo de las mafias, le exigirán su lealtad al patrón Kuczynski.
La vacancia presidencial obviamente no solucionará los problemas de gobernabilidad y corrupción en el país, pero será un importante precedente de rechazo a la mentira y el actuar deshonesto de quien personifica a la Nación. El mercado de políticos traficantes esta en medio de una faena muy ardua. Veremos el 22 de marzo si el Congreso es un lugar de debate serio y muestra una genuina voluntad de cambio, o simplemente se convierte en un mercado ambulante donde la evasión de responsabilidad y un poco de contrabando no preocupan.