Sí, pareciera que muchos esperábamos el día domingo de Resurrección, no sólo por el gran significado que tiene este día en el mundo cristiano, sino también por la mediana calma que llega a la ciudad de Ayacucho ( ya no podemos hablar de total calma, con el tráfico que se tiene; con las discotecas y bares que de manera desordenada se incrementaron en la ciudad; y por las veces que se tiene que caminar por la calzada, ante el apoderamiento de las veredas por parte de los comerciantes) aún así, todavía podemos por momentos y espacios encontrar calma, tranquilidad.
Me preguntó, sí podrán decir lo mismo, quienes viven al lado de discotecas, cantinas y aparentes “cebicherías”? Pero, en fin, ese es tema de otro comentario, ya que como todos los años, luego de la desenfrenada Semana Santa, llamada ya no sólo por columnistas de la capital (Hildebrandth, Carlos León) como “Semana Tranca”, sino también por los propios ayacuchanos, que antes de, se esforzaron porque sus voces se escucharan, especialmente llegará a los oídos de las autoridades municipales y del sector Educación. Pues sí, la escucharon, pero para responder no con acciones correctivas, como desde hace años se viene insistiendo que así sea, sino con insultos, con posts que buscaban enfrentar a quienes alertaban y pedían cambios en actividades que se hacían en lugares públicos y locales de Instituciones educativas, en suma se pedía una buena organización para ordenar la ciudad en estos días de Semana Santa.
Como siempre, los intereses subalternos se imponen, vimos como todos los años, un Gilmer García, haciendo de tramitador, con el agregado tal vez, este año, de al verse descubierto , negarlo todo y decir : “todavía no hay ninguna autorización y para ello tienen que cumplir con todo los requisitos que exige la norma”, estrategia que al parecer como todos los años les funciona, tanto al Director del Mariscal Cáceres, como al Gerente de Desarrollo Económico de la Municipalidad de Huamanga, la misma que también la aplicó el Director de la Dirección Desconcentrada de Cultura de Ayacucho, que negó hasta el último día hábil que hubiera autorizado el Vela toro.
Como era de prever, una vez más desde distintos sectores, Prefectura, Defensoría del Pueblo, Junta Vecinal Mariscal Cáceres, Jóvenes activistas de defensa de los animales, entre otros, estudiosos, explicaron y cuestionaron la forma como se iban a llevar adelante estas actividades del Jala o Pascua toro, total es lo mismo. Y finalmente, se llevó todo, tal cual, o peor que los años anteriores: Descontrol total, 8 heridos, maltrato a los animales, mayor congestionamiento vehicular, la zona de desmedido consumo de licor no solo se restringió a la Plaza Mayor, sino se extendió a la Plaza María Parado de Bellido, a la Av. Independencia, al Complejo deportivo Mariscal Cáceres.
Las filmaciones por quienes acudieron a estos lugares demuestran, no solo eso, sino la cantina o “chupodromo” de la Plaza Mayor, donde, probablemente no había sereno alguno, porque se ve a como venden cerveza “heladita”, ubicados en diversos puntos de la plaza, sin que sean perseguidos, como si lo hacen otros días con los que venden caramelos, u otros productos de manera ambulatoria por el indicado lugar. Se ve ebrios tirados en el piso, basura por doquier, personas miccionando, personas tan embriagadas que hasta la vergüenza, el pudor los perdieron.
Esa actividad del sábado que termina con mucha miseria y basura, dicen muchos que atrae turismo y genera ingresos a toda la población. No lo creemos, los mayores ingresos para las empresas cerveceras, a quienes desde la municipalidad le dieron todo el apoyo.
Las evaluaciones vendrán probablemente, al igual que todos los años, se enumerarán los excesos, lo que no se debió hacer. ¿Pero, servirá de algo para la próxima Semana Santa? por lo menos hasta este año en que felizmente es el último de la gestión ARA, no lo fue. Ahora que salgan pues Hugo Aedo y Gilmer García que dijeron en la última reunión que ellos se hacían responsables de lo que ocurra. ¿De qué manera se han responsables? ¿Tendrán alguna sanción?
Las nuevas autoridades, que esperemos sean elegidas con mucha inteligencia, cumplan con la intención del Pascua toro, de solidaridad; o sea los animales sean conducidos al camal , lugar donde le entreguen a las instituciones beneficiarias y que en la Plaza Mayor, solo se den los actos litúrgicos y procesiones, no más borracheras y claro para imponer eso , por lo menos el primer año tendrán que contratar, así como contratan para el negocio de las sillas en carnavales, personal (por lo menos 100) para que no permitan la venta, ni el ingreso de licor a la Plaza Mayor.