Lincoln Onofre, Politólogo
“Necesitamos un país con un horizonte claro, que luche contra la corrupción e impulse el crecimiento económico”, fueron las palabras del actual gobernador regional de Ayacucho ante la propuesta de adelanto de elecciones generales en el discurso del Presidente Vizcarra. Un sofismo que cuestiona lo que se predica y lo que se ejecuta.
Si bien comparto el enunciado, pregunto:1. A la luz de los hechos, la gestión del actual gobernador, ¿Cuenta con un horizonte claro? Hasta ahora venimos esperando las políticas regionales, el plan de gobierno o cualquier documento orientador que nos permita saber cuál es el horizonte claro para la región.2. Luego de las denuncias y pruebas contra varios de sus funcionarios de confianza (quienes han puesto sus cargos a disposición o han renunciado), así como la manipulación de los procesos CAS; el gobernador regional no solo no ha aceptado estas renuncias, sino que tampoco ha dispuesto la investigación de los procesos CAS manipulados.
Por ello, ¿A qué lucha contra la corrupción se refiere?3. La ausencia de una política y estrategias claras en la economía regional se evidencia en el INCORE 2019. Ayacucho está en el puesto 19 de 25 en cuanto a “entorno económico” con un puntaje de 2.1/10, en franca caída si observamos los dos últimos años donde se obtuvo 2.4 (2017) y 2.2 (2018). Además, el mismo informe señala que, si bien la región ocupa el primer puesto en la dimensión laboral, el desagregado evidencia que esta se debe principalmente al empleo informal y subempleo (87.1% de la PEA ocupada).
Entonces, ¿A qué impulso de crecimiento económico se refiere nuestra primera autoridad? ¿Existe alguna agenda o política de desarrollo rural?
Con el anuncio del Presidente de la República y la invocación al adelanto de elecciones generales para el 2020 (cuyo contenido no discuto en este artículo), el gobernador debería estar preocupado antes que subirse al coche del populismo, pues entramos a un escenario incierto y, en la incertidumbre, es poco lo que se puede lograr de cara al Bicentenario.
La falta de un horizonte regional claro para los cuatro años de su gestión y de una ausencia de planificación advertida desde periodos electorales, no solo se verá afectada por la falencia interna, institucional; sino también por estos factores exógenos (esos que no puede controlar), como la medida adoptada por el Presidente Vizcarra.Lo más probable que en el mediano plazo, el gobernador termine culpando de sus males al entorno político nacional que hoy, él saluda; cuando la realidad evidencia que no supo planificar, no quiere escuchar, no supo guardar pan para mayo y actúa como la cigarra del cuento de Esopo sin darse cuenta que el invierno, está a la vuelta de la esquina.Advertidos estamos.