Después de un proceso científico de ubicación, exhumación e identificación realizado por los peritos del Equipo Forense Especializado de la Unidad Médico Legal II de Ayacucho y los integrantes de la Primera Fiscalía Provincial Penal Supraprovincial, se efectuaron las diligencias de armado y entrega digna de los restos óseos humanos y elementos asociados de quienes en vida fueron Glicerio Yupanqui Parado y Pablo Quispe Pariona, a sus familiares.
La ceremonia se desarrolló, respetando todos los protocolos de bioseguridad, en el auditorio de la sede central del Distrito Fiscal de Ayacucho, ubicada en el distrito de San Juan Bautista, a donde también se hicieron presentes los representantes de la Dirección General de Búsqueda de Personas Desaparecidas y del Comité Internacional de la Cruz Roja.
Durante su alocución, el Fiscal Provincial Yuber Alarcón Quispe mencionó que el compromiso institucional es seguir trabajando para que las familias de las víctimas de las desapariciones forzadas logren un real acceso a la justicia y que los hechos contra los derechos humanos no queden impunes.
Finalmente, añadió que otro de los objetivos del Ministerio Público es que se cumplan con las reparaciones integrales y se garantice la no repetición de los lamentables hechos ocurridos durante el periodo de violencia.
Se tiene que el 2 de setiembre de 1983, en horas de la tarde, presuntos terroristas incursionaron a la comunidad de Putacca, ubicada en el distrito de Vinchos, provincia de Huamanga y región de Ayacucho, reuniendo a la población en la plaza principal y sacando de sus casas a algunos de los comuneros.
Posteriormente, en la puerta del templo de Putacca, aproximadamente a las primeras horas del día siguiente, los presuntos terroristas asesinaron a los agraviados Glicerio Yupanqui Parado y Pablo Quispe Pariona, acusándolos de enemigos del partido o ‘yanahumas’.
El Estado, a través del Ministerio Público y del Ministerio de Justicia continuarán trabajando coordinadamente con la finalidad de brindar respuestas y cerrar las heridas abiertas de las familias que sufrieron la violencia de los años 1980 al 2000.