Ante la proximidad de las fiestas navideñas y de fin de año, la DIRESA recuerda a la población que la manipulación de pirotécnicos puede resultar altamente peligroso y generar diversos accidentes si no son usados con precaución; por ello, se recomienda a los padres de familia evitar su uso y vigilar a sus menores hijos para prevenir posibles emergencias o situaciones que puedan poner en riesgo su salud.La responsable de Vigilancia de Medio Ambiente de la DIRESA, Jackeline Condorpusa Yupanqui, señaló que todo artefacto que contiene pólvora es peligroso y su manejo puede provocar lesiones graves, quemaduras y hasta mutilaciones. Además, incrementa el riesgo de producirse incendios, sobre todo, cuando estos productos son utilizados en espacios cerrados.“Lo recomendable es evitar, en lo posible, el uso de pirotécnicos por las graves consecuencias que pueden generar en la salud e integridad de nuestros niños, principalmente. Es importante tener en cuenta que hasta aquellos pirotécnicos que solo emiten luz, pueden ocasionar daños irreparables en la salud”, manifestó la especialista.Recomendó, además no dejar fósforos ni encendedores al alcance de los niños, mantener una distancia prudente si se decide ser espectador del encendido de pirotécnicos, no volver a encender la mecha de un pirotécnico que no encendió y no llevarlos en los bolsillos para evitar que exploten por efecto del calor.Los ruidos provocados por los pirotécnicos generan un alto nivel de ansiedad, estrés, tensión y episodios de crisis en los niños con condición del espectro autista, quienes tienen una hipersensibilidad a los sonidos en general. Asimismo, la explosión de estos productos afecta a las mascotas, provocándoles daño auditivo, nerviosismo, miedo y desorientación que pueden generar su huida, en muchos casos. Los pirotécnicos generan contaminación ambiental porque están hechos con compuestos tóxicos y liberan gases contaminantes como el monóxido de carbono, dióxido de azufre y pesados que afectan la calidad del aire.DATOLos ruidos provocados por los pirotécnicos también generan contaminación acústica superando los 190 decibeles, sonido tres veces más fuerte que el oído de un adulto puede soportar y causar lesiones auditivas en los niños.