Raúl Vegas Morales
Boluarte quiere quedarse hasta el 2026. Entre el deseo y la realidad hay una gran distancia, al interior del gobierno puede haber la certeza que su pacto con el congreso está funcionando y por tanto están asegurados todos, pero ese pacto de “gobernabilidad” está escrito en el agua y uno de los matrimoniados está plenamente dispuesto al divorcio en cuanto se presente la oportunidad, el peso de la novia es bastante alto para seguir soportándolo.
La perspectiva de mantener conflictos sociales por mucho tiempo debilita toda gestión, el congreso va sopesando que algo tiene que hacer para mejorar su imagen y probación. Considerando que la fortaleza de la cadena se mide por el eslabón más débil, vemos que la desprestigiada Presidente carece de base social y tiene una importante carga procesal. Se suman los hechos de corrupción que saltan en todo momento y comprometen al ineficiente gobierno, por tanto, los empresarios y el congreso la sostienen mientras les conviene.
La fortaleza del ejecutivo está en que maneja el presupuesto nacional y a través de partidas económicas se puede ganar el “afecto” de ciertos gobiernos regionales y ampliando los programas sociales tiene la posibilidad de hacer populismo en busca de adhesiones. El congreso evalúa asumir esa responsabilidad. La consultora Newlink recuerda las investigaciones que Boluarte tiene en el Ministerio Público: “Investigación fiscal por lavado de activos por el presunto financiamiento irregular de la campaña electoral, Lavado de Activos por abrir cuenta bancaria para recolectar fondos para pagar la caución de Vladimir Cerrón, Peculado doloso por no renunciar a su cargo de funcionaria en Reniec para postular a la vicepresidencia del país, Presuntos delitos de genocidio, homicidio calificado y lesiones graves por las muertes producidas (en las movilizaciones) contra su gobierno.
”En los preámbulos de su discurso por fiestas patrias, la presidente intentó tomar distancia al decir: “Mi Gobierno recibió un país en grave crisis material, moral y política.” No recuerda que ella fue parte de ese gobierno anterior. Su amnesia política le hace criticar “La errática política general y el deficiente manejo de la administración pública, durante la gestión pasada, (que) fue un marco propicio para el vertiginoso aumento de la criminalidad organizada en nuestro país.” Ella como vicepresidenta ¿hizo alguna propuesta para mejorar esa “errática política general?
Si algunos caraduras han tenido éxito en política, no será el caso de Dina Boluarte, las movilizaciones sociales, aunque débiles de forma, guardan un enorme descontento en el fondo e irán debilitando su posición como cabeza de gobierno, mientras el inescrupuloso congreso quiere copar todo el estado. Solo es cuestión de tiempo para que jalen la cadena.