Luis Larrea/Futuro y Opinión
La humanidad es una fuente permanente de creación e innovación, pero al mismo tiempo es el principal causante de la destrucción del medioambiente, prueba de ello es la extinción de especies en la medida que el hombre se expande en la tierra y aprovecha sus recursos. La creatividad humana es el resultado de un proceso evolutivo en el conocimiento y en la necesidad de satisfacer necesidades. Dichas necesidades que van desde los elementos básicos de sobrevivencia hasta elementos superfluos que implica vivir rodeado de comodidades.
Teniendo en cuenta que los recursos naturales para satisfacer necesidades resultan limitados, se produce una competencia o conflictividad por el acceso a las mismas. Esta conflictividad, que al mismo tiempo resulta ser una fuente de evolución de; conocimiento , creatividad e innovación, implica un proceso permanente de discriminación y exclusión dominado por quienes cuentan con el conocimiento y los recursos económicos y materiales que aseguran su explotación.
En ésta permanente lucha por el acceso a los recursos naturales, recursos financieros y todo aquello que permita satisfacer necesidades, ha conducido a la humanidad a procesos auto destructivos como son; las guerras, la destrucción del medioambiente mediante a causa de la sobre explotación de recursos, el acaparamiento. la escasez y bloqueos económicos y comerciales entre los principales actores económicos del mundo. Por otro lado, la competencia y conflictividad por el acceso a los recursos naturales, así como la mayor sensibilidad por la protección del ambiente, ya que la amenaza del; cambio climático, los desastres naturales y el calentamiento global, que se hacen cada vez más evidente, ha conducido al desarrollo de fuentes alternativas de energía como la solar y la eólica, autos eléctricos y el incremento del uso de las tecnologías de información y comunicación, proceso que se aceleró mediante el trabajo remoto durante y luego de la pandemia global de la Covid-19.
En este proceso evolutivo del conocimiento y la innovación esta también marcado por el dilema de la globalización y la exclusión, ya que por un lado tiene como objetivo alcanzar la globalización en su uso y aprovechamiento, pero en la práctica incrementa las diferencias entre aquellos que tienen los recursos y los que carecen de los mismos. Al igual que en todo proceso evolutivo, se tienen dominantes y dominados, ganadores y perdedores, ciudadanos de primera clase y de segunda. Desde la agricultura, pasando por la minería, la manufactura y la producción de tecnología y servicios, esta presentes aquellos que se limitan a producir y vender productos primarios y los que mediante el uso del conocimiento y la tecnología transforman las materias, incrementando el valor y aprovechando de mejor manera las cadenas de producción y comercialización.
No cabe duda que la inteligencia artificial implica al mismo tiempo una amenaza y una oportunidad. Las sociedades en vías de desarrollo deben invertir mayor cantidad de recursos en la generación de conocimientos y modos de producción que hagan frente a los retos del desarrollo tecnológico, el uso de energía y por ende los desafíos del cambio climático. Resulta paradójico que por ejemplo en el Perú se persista en la construcción de una refinería por más de 7 mil millones de dólares, cuando no se tiene grandes reservas de petróleo y peor aún cuando se pronostica que en unos años el mercado mundial habrá cambiando drásticamente en cuanto a la demanda de fuentes de energía. Y digo paradójico pues Noruega que tiene mucho más petróleo que Perú y que ha amasado su fortuna en base a la explotación de dicho recurso, en la actualidad viene cambiando su parque automotor con autos eléctricos. Sólo en el último año el 80% de autos vendidos en Noruega son eléctricos.
Los desafíos del desarrollo mundial y los efectos del cambio climático, implica la necesidad de adaptar no sólo los medios de producción y el consumo, sino también el conocimiento y el desarrollo de tecnología. Recordemos que en los años 1500 un grupo reducido de aventureros dotados de caballos, barcos y armas modernas para la época lograron; conquistar, someter y destruir imperios conformados por cientos de miles de personas. No vaya a ser que la historia se repita y mediante el uso de la inteligencia artificial, un reducido grupo de «aventureros digitales» sometan nuevamente a los millones de habitantes de las economías emergentes.