Raúl Vegas Morales
Perú vive una afrenta sin precedentes. Hundidos en una ciénaga, los políticos con poder en el gobierno siguen manchando el prestigio nacional. Según investigación en desarrollo, en el congreso se habría instalado una red de prostitución con ticket exclusivo a cambio de votos. El mismo nivel de toda mafia organizada donde la prostitución es una herramienta para convencer a los frívolos de hormonas revueltas.
Informa La República que “En declaraciones para la prensa, el presidente de la Comisión de Fiscalización del Congreso, Juan Burgos, señaló que la presunta red de prostitución que operaba dentro del Legislativo se habría organizado para prestar favores sexuales a cambio de obtener los votos de parlamentarios.” Ante ello el mismo Burgos pidió al Ministerio Público que investigue la denuncia sobre esa presunta red de prostitución en ese poder del Estado.
Se señala como cabecilla de la política prostituida al abogado Jorge Torres Saravia relacionado con Alianza Para el Progreso y su jefe César Acuña. La República, editorializa que “El abogado y ahora investigado por montar la red de prostitución en el Parlamento tiene un historial delictivo que incluye agresiones sexuales y denuncias de mujeres por casos de dopaje y violación. Este personaje no solo ha trabajado en el Congreso, sino recientemente también ha ejercido un cargo público en el Ejecutivo.”
Con esta nueva revelación, las dimensiones de la mafia organizada dentro de la política peruana se hacen inconmensurables. Imposible saber hasta qué niveles del gobierno han penetrado las diversas mafias y cuál es su poder de decisión en las leyes que aprueba el congreso con la venia y firma de la presidente. Son preguntas que saltan por la fuerza de los hechos, el asesinato con 40 balazos de la supuesta coordinadora de la red, cuando saltó el escándalo. Según las investigaciones, Andrea Vidal Gómez “sería la encargada de contactar y contratar a modelos bajo cargos ficticios, como “secretarias”, en el Parlamento, para luego hacerles propuestas de carácter sexual”
Imposible saber qué más puede ocurrir, qué otros escándalos se desencadenarán con este nuevo hallazgo y qué parlamentarios se encuentran involucrados ya como corruptores o como usuarios del “innovador” servicio congresal, vergüenza nacional. Que no extrañe si luego salen algunos videos. Por ahora los señalados piden se investigue el caso, aunque se nota el clamoroso nerviosismo que ha postergado las investigaciones hasta después de navidad.
El desprestigio de los parlamentarios es total. Ahora que se avecinan las nuevas elecciones y quieren ser reelegidos, va a ser muy difícil saber si hay algún parlamentario rescatable, alguien que no haya sabido de lo que en el interior del congreso debió ser evidente. Hay una destrucción sistemática de la institucionalidad del país y una soberbia vergonzosa de quienes creen que el poder es eterno. Falta muy poco para que se desengañen