La Fiscalía Provincial Penal de Sucre, a cargo del Fiscal Provincial Ulises Mayhuire Córdova, logró que se condene a Ever Alberto Chire Salas (52), a 18 años de pena privativa de libertad efectiva y al pago de 10 mil soles de reparación civil por el delito contra la libertad – violación de la libertad sexual, en las modalidades de tocamientos indebidos y violación sexual, por concurso real.
El 24 de octubre de 2017, a la hora de la salida de sus clases, la agraviada (15) fue abordada por su profesor en una de las calles del distrito de Chilcayocc, quien le indicó que vaya a su habitación, pues tenía un regalo para ella. Así, alrededor de las 18:00 horas, esta se dirigió al cuarto de su profesor, el cual le consultó sobre la presencia de otras personas, a lo que la víctima le dijo que no había nadie más, por lo que el primero le refirió que ingrese rápido, asegurando la puerta.
Seguidamente, el hoy sentenciado le hizo sentar sobre su cama, donde le efectuó tocamientos indebidos en diversas partes de su cuerpo, a la vez que le besaba, ante la resistencia de la agraviada, la misma que se retiró después que el docente se percatara que no había otra persona cerca, volviéndole a invitar para el día siguiente, empero la adolescente no acudió.
El 26 de octubre del mismo año, cuando la menor permanecía en su colegio, Chire Salas le dijo que estaba mal en su curso y que debía visitarlo para recuperar su nota, añadiendo que podía imprimir sus trabajos a colores, por lo que ese mismo día, a las 15:00 horas, la víctima acudió a la habitación del hoy sentenciado, el cual luego de abrir la puerta le indicó que retornara a las 18:00 horas, momento en el que la adolescente regresó, entrando al cuarto del docente, mencionándole que debía volver temprano ya que su abuela le había reprendido por la demora anterior.
En ese momento, Chire Salas, totalmente molesto a razón que su alumna pretendía retirarse, le ordeno que se eche en su cama, tapándole con una frazada y obligándole a quitarse sus prendas, para después ultrajarla sexualmente pese al llanto, gritos y resistencia de la agraviada.
Luego de ocurridos los hechos, el agresor sexual le regaló un equipo celular a la víctima, diciéndole que la llevaría a la región de Ica, pidiéndole que se fije si había gente en la calle y cuando le dijo que no, le agarró y le dijo que “esto queda entre los dos, si cuentas a alguien verás lo que te pasa”.