Jaime Antezana Rivera
La narcoguerra en el VRAEM se intensifica. Dos enfrentamientos armados ocurridos en el transcurso de esta semana lo confirman. El primer enfrentamiento se produjo el martes 12 de julio, en horas de la noche, en el tramo de Limatambo (Kitiriana/Cusco) y Villa Virgen (Cusco). Este ocurrió exactamente una semana después del último enfrentamiento entre narcos y asaltantes de droga, el martes 7 de julio, en Lucmahuaycco, Incahuasi, Cusco, que dejo cuatro mochileros muertos.
Según un poblador de la zona, en ese tramo una banda de asaltantes de drogas armados atacó e intervino una camioneta en la que varios “traqueteros” (personas que transportan droga en unidades móviles), igualmente armados, llevaban -según la fuente de la zona- unos 50 kilos de PBC. Los asaltantes habrían logrado reducir a los “traqueteros” y los desalojaron de la camioneta, quedándose con el cargamento.
“Esa zona es desolada y oscura propicia para los asaltos. Eso aprovecharon los asaltantes. Los asaltantes con la camioneta pasaron por la base militar de Villa Virgen con el cargamento y lo abandonaron más adelante”, conto la fuente. Los “traqueteros”, seguramente por la superioridad numérica de los asaltantes, fueron dejados en el lugar donde fueron atacados y asaltados. No hubo muertos ni heridos.
El segundo enfrentamiento ocurrió, dos días después, en el sur del VRAEM. En efecto, el jueves 14, a las 5.30 am, en la zona de Parhuamayo, en el distrito de Canayre, Huanta, Ayacucho, se produjo un enfrentamiento armado entre un grupo de seis narcotraficantes con fuerzas combinadas del Comando Especial del VRAEM. Este enfrentamiento se produjo cuando los narcotraficantes que desplazaban en una camioneta por la zona.
Los costos no dejan duda que fue un enfrentamiento con narcotraficantes y no -como han señalado algunos medios- con narcoterroristas. “Luego de la balacera, fue detenido Yelsin Carbajal Sánchez, quien fue herido en el muslo por los proyectiles. Este dijo a los efectivos ser licenciado del Ejército, que habría realizado su servicio militar en la zona de Mazangaro, en la frontera de Ayacucho y Junín”, señala el informe de La República.
Lo decomisado tras el enfrentamiento confirma que son narcotraficantes: “En la camioneta en la que iban los seis narcotraficantes, de placa F6M-832, se halló 54 paquetes de droga, varias armas, entre ellas un fusil FAL y municiones. (Ver http://larepublica.pe/sociedad/785591-vraem-capturan-narcotraficante-que-formo-parte-del-ejercito). Por otro lado, para que no que duda que el herido era un narco, en las medias del ex soldado se halló 1,200 soles.
El tipo de enfrentamiento ocurrido en Canaire, entre narcos y fuerzas de seguridad (policías y soldados), no es nuevo en esta zona. Desde, más o menos, el 2008 hasta la actualidad, han ocurrido decenas de enfrentamientos armados entre narcos y policías en las carreteras de San Francisco-Quinua, Santillana-Huanta y Huanta-Churcampa (Huancavelica) y Tircus-Huanta. La mayoría de estos enfrentamientos fue entre narcotraficantes y efectivos policiales. Cabe reconocer que también ha habido enfrentamientos armados con militares, sin embargo, estos han sido presentados -de manera interesada- como enfrentamientos con narcoterroristas o terroristas. Presentar los enfrentamientos con narcotraficantes como si fueran con “narcoterroristas” contribuye a afirmar la percepción de que lo que hay en el VRAEM, no es una narcoguerra, sino una lucha contra los terroristas.
En suma, esa versión oculta la complejidad de la narcoguerra en curso. Más aun, cuando los enfrentamientos, en el norte del VRAEM, entre “mochileros” con policías, asaltantes de droga y, eventualmente, soldados en los caminos de herradura de la droga, empezó entre 1999-2000 y ha continuado hasta nuestros días. Esos eventos armados, con su secuela de muerte, sangre y detenidos, sin embargo, no han sido -por lo antes dicho- visibilizados.
Además, la actual intensificación de los enfrentamientos armados en el VRAEM se caracteriza por el predominio, desde el 2014, de dos formas de violencia que configuran la narcoguerra en curso: los enfrentamientos armados entre narcotraficantes (mochileros o traqueteros) con bandas de asaltantes y policías y, eventualmente, soldados. Estos enfrentamientos han superado cuantitativamente los ataques de las columnas del clan Quispe Palomino.
En consecuencia, en el VRAEM, a contrapelo de la invisibilizacion o mimetización con el “terrorismo” oficial y mediática de esos enfrentamientos en las pozas de maceración y las rutas de herradura y carretera, hay un proceso de “mexicanización” del narcotráfico. Esa es una parte de la dura realidad que los spots oficiales no muestran. Eso es lo que se quiere ocultar.