Por Germán Vargas Farías
Sin pretender ser adivino, comparto con ustedes mis intuiciones sobre la manera en que siete conocidos políticos de nuestro país recibirán el 2016. Acierte o no en mis percepciones, mi deseo es que a usted, amable lector, le vaya mucho mejor.
Keiko Fujimori celebrará el inicio del nuevo año rompiendo 4 piñatas con los rostros de Alejandro Aguinaga, Martha Chávez, Luisa María Cuculiza, y … de su papá. Su madre, Susana Higuchi, murmurará “a mí me golpearon de verdad, y no me defendiste”. Su marido, Mark Villanela, le prometerá trabajar en el 2016 ….., siempre y cuando ella trabaje primero.
Pedro Pablo Kuczinski recibirá el nuevo año triste. El Departamento de Estado aprobará su renuncia a la nacionalidad estadounidense y entregará a PPK el certificado respectivo. “Si no hubiera sido por el antecedente del cobarde y dictador Fujimori –piensa- yo habría podido conservar la doble nacionalidad”.
César Acuña al iniciarse el nuevo año reconocerá que, habiendo logrado casi todo, no sólo le falta ser presidente del Perú. Por ejemplo, tiene un doctorado pero no logró terminar la educación primaria, y es ingeniero químico pero no logró aprobar el examen de admisión en la universidad. Sin embargo, está orgulloso porque puede demostrar que cuando se tiene plata como cancha, es más sencillo lograr (casi) todo.
Alan García recibirá 5247 tarjetas de saludo por el nuevo año, remitidas por 5246 narcoindultados, más una postal enviada por el “hombre probo” que le ayudó a liberar a tantísimos humildes cautivos. La inscripción en la tarjeta de Miguel Facundo Chinguel dice: “Tú que hablas de traicionar la confianza, ¿a cuántos haz traicionado ya?”
Alejandro Toledo recibirá el nuevo año en la residencia playera de su suegra, Eva Fernenbug, en Punta Sal. Estando allí su suegra le llamará desde su casa en el balneario de Hezrila, en Israel, para decirle que no olvide pagar la luz y el agua de su mansión en Las Casuarinas, y encargarle que hagan lo mismo con su casa en Maryland, Estados Unidos. Toledo cavilará: “sí, como mi suegra, yo hubiese sido víctima del holocausto judío, también hubiera podido comprar 4 casas.
Fernando Olivera hará una gran fiesta al empezar el nuevo año, contento porque su partido Progreso y Obras, que ahora se llamará Frente Esperanza, logró su inscripción en el Jurado Nacional de Elecciones. A su escoba y a sus íntimos les confesará que en realidad ese era su propósito principal. Y ahora a hacer lo que más me, pensará, aparecer en los medios.
Susana Villarán empezará el año sin recibir saludo alguno de sus amigos y ex compañeros de la izquierda y del movimiento de derechos humanos. Nadine Heredia le enviará una agenda de regalo, y Daniel Urresti, sin poder evitar su particular sarcasmo, llegará a su casa para agradecerle la confianza y obsequiarle el libro “Los amigos que perdí”, de Jaime Bayly.
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