Esther Valenzuela
El 4 de enero se dio inicio a un nuevo año de labor informativa, para quienes estamos abocados al ejercicio periodístico. Este año que recibe la denominación de “Año de la consolidación del Mar de Grau”, debe también ser en honor a ese insigne peruano que dio su vida por el Perú, un año que de tranquilidad y confianza a los peruanos, que en este momento viven con el fantasma del mal menor, lo cual sin duda ha de depender de los propios peruanos, sí de todos nosotros.
A nivel nacional tenemos esa tremenda responsabilidad, una de ellas y para quienes tengan las condiciones de representarnos a la altura que nos merecemos, asumir el rol de candidatos al parlamento, cuyos nombres los sabremos el 11 de febrero definitivamente. Lo de las fórmulas presidenciales ya prácticamente están definidas y son más de 12 los candidatos que aspiran el cargo político más alto en el Perú.
En cuanto se refiere a la región de Ayacucho, hay demasiadas dudas, no podemos por más optimistas que querramos ser, negarlo y señalar que estamos seguros que habrá cambios. NO. Lamentablemente no, las dudas nos invaden ante una “fórmula de gobierno” integrada por representantes de dos partidos, de Alianza Para el Progreso –APP, (que debiera ser oposición en el Consejo Regional de Ayacucho) y Alianza Renace Ayacucho –ARA, (el oficialismo), ambos ahora en el ejecutivo, por lo que está clarísimo, que no solamente APP va a gobernarnos , sino también el ARA y una primera muestra sería la designación de Alberto Morote, como gerente general, una persona muy cercana a quienes cogobernaron con Wilfredo Oscorima y que en ningún momento fue tajante para deslindar tales vínculos, menos dejar claro que las designaciones no se dan en función al amiguismo, sino más bien por capacidad , trayectoria y ética .
Como quiera que las dudas se disipan con los hechos, estaremos atentos al actuar del nuevo gerente, de las designaciones que haga y de la gestión que realice. Entonces será el tiempo que nos aclare quien realmente nos gobierna.
La gestión local, no nos augura nada bueno, porque vemos que Hugo Aedo, no es otro que un buen alumno de Wilfredo Oscorima, estar permanentemente ausente , pasar por encima de las normas , agredir a quienes cuestionan su gestión y gobernar de espaldas a la población que lo eligió como Alcalde. No augura cambios en sus funcionarios, quienes tienen asegurada la remuneración mensual durante los 4 años de gestión por el trabajo realizado en campaña. Lo peor que podrías pasarles es ser rotados, más no sacados de la institución edil.
Si bien no es alentador lo que se viene este año para Ayacucho, no debe mellar en todo ciudadano su afán de vigilancia a las gestiones local y regional. Nada debe distraernos y más bien debemos exigir la operatividad de los comités de coordinación local y regional, la participación ciudadana debe estar activa, vigente y hasta contestataria si es necesario.
Lo más inmediato que tenemos es el caso del terminal terrestre, un bien de la Municipalidad Provincial de Huamanga, y no así de gente foránea y pasajera, que son quienes se están haciendo millonarios con ese terminal. Nada raro sería que entre ambas haya concertación para enriquecerse mutuamente a costa de los dineros de las arcas de la municipalidad. El FREDEPA debe tomar el máximo interés en este caso, y por su parte el Consejo Municipal debe optar por concesionar este terminal, en un proceso transparente y en condiciones favorables a ambos.