– Vota por la Lampa!, le escribo a un amigo aprista.
– Por el compañero ALFREDO BARNECHEA diputado por el APRA en el 90 y candidato por el APRA a la Alcaldía de Lima?, me responde.
– Exacto, el mismo que en el año 87 renunció al APRA por toda la corrupción, el cambio de política y la desastrosa gestión del APRA, es decir, fue un aprista por convicción, algo que carecen muchos apristas que siguen endiosando a un corrupto, respondí convencido.
– El aprista jamás deja de ser…puede que ya no esté en el partido de manera institucional, pero por principio siempre lo será, alega un compañero menor del partido.
– El aprista sólo muta a ser alanista, replico.
– El APRA es el APRA…no hay otro ideal, responde el compañero mayor.
Este diálogo alturado me recuerda la anécdota de cuando Víctor Raúl Haya de la Torre le increpa al poeta Juan Gonzalo Rose: ¡Usted fue Aprista! y el poeta, le responde: ¡Usted también! ¿Verdad?
La respuesta es categórica pues los ideales del APRA no son los mismos, mutaron a conveniencia, cambiaron acorde al momento, variaron de acuerdo a las circunstancia. Del marxismo originario pasaron a una posición más de centro, a un coqueteo burdelero con EE.UU y a soslayar el “antiimperialismo” so pretexto de controlar los “excesos del imperialismo” o lo que Haya llamaba “interamericanismo democrático sin imperio”. Haya y el APRA apoyaron las intervenciones de EE.UU, se aliaron con la oligarquía y se vendieron a los militares, así de simple, sólo una pequeña muestra de que MUTAN a conveniencia, y ello que no me refiero al lamentable período 85-90 que fue el lado A del disco aprista, pues del 2006 al 2011 escuchamos el lado B.
El aprista SI deja de ser aprista, como lo dejaron de ser Luis De la Puente Uceda, Carlos Malpica, Gonzalo Fernandez y muchos más que formaron el APRA REBELDE y que posteriormente se convirtió en el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR); dejo de ser aprista el poeta Juan Gonzalo Rose que se enfiló en la Juventud Comunista; y dejó de ser aprista ALFREDO BARNECHEA que ahora forma parte de Acción Popular, el de la lampa. Un aprista sí deja de ser aprista cuando tiene convicción, cuando está formado ideológicamente y comulga con raciocinio, inteligencia y buen juicio con las líneas programáticas y principios, y sobre todo, cuando tiene sólidas doctrinas democráticas.
Bien dice mi amigo aprista que “el APRA es el APRA…no hay otro ideal” y tiene razón, porque el ser militante aprista es un acto de fe, “…el aprista no piensa, solamente siente; su actitud es meramente sentimental y emotiva…Rinde culto al “jefe” y lo sigue sin importarle mucho ni poco hacia dónde se dirige” (Villanueva, 1962)…lo mismo sucede con Alan García, vista de rojo o azul, verde o morado, piense en derecha, izquierda o centro siempre será Alan García, por tanto, hay mística, fe y disciplina, aunque los rumbos estén equivocados, siempre será el mesías, el salvador, el líder aunque los compañeros no comulguen con sus “ideales” por tanto, disciplina compañero!